Aún no ha sido suscrito el contrato para desarrollar el proyecto siderúrgico del Mutún, para explotar hierro del rico yacimiento del oriente boliviano y luego transformarlo en acero para su exportación, y ya existe un tema de preocupación en torno al precio internacional de ese material que realmente está muy bajo.
Por supuesto que en las condiciones actuales sería inviable pensar en ningún tipo de exportación de ese material, ni siquiera del hierro en bruto, como definen los especialistas, quizás añaden, este problema sería un factor negativo para encarar el proyecto del Mutún, aunque la empresa china que se adjudicó la concesión operará en la instalación estructural del proyecto sin competencia en lo que correspondería a la comercialización del producto obtenido. El asunto no está muy claro y seguramente será motivo de esclarecimiento a tiempo de suscribir el contrato pendiente.
Lo interesante de las previsiones en el nivel superior de Gobierno, por lo menos así lo expresó el vicepresidente del país, Álvaro García Linera, al señalar de manera contundente que "el acero que se produzca en el Mutún será para cubrir la demanda del mercado interno".
Algunas estimaciones señalan que el consumo boliviano anualmente de materiales para la construcción equivale a más de 400 mil toneladas. Se aclara que en el contrato con la Sinosteel se establece la producción de 150.000 toneladas de barras de acero anualmente para la construcción. Dadas las condiciones vigentes y aclaradas reiterativamente por el segundo mandatario, las condiciones vigentes de precio son totalmente inadecuadas para cualquier factor de comercio exterior, por lo que el proyecto del Mutún en su primera fase servirá para cubrir la demanda del mercado interno.
El marco previsional que alude la autoridad gubernamental, es ponderable, según los expertos, pero al mismo tiempo se alude la necesidad de "poner los pies en la tierra" y establecer de una buena vez, las condiciones reales para encarar el megaproyecto del Mutún que se retrasa por preocupantes "problemas legales" que no están siendo subsanados por la empresa china que se adjudicó la operación. Se considera que la previsión del momento debe dirigirse a evitar otro fiasco en la proyección de encarar la explotación de hierro y su industrialización.
El tema es preocupante pues se trata de lograr una certificación tan importante y contundente de autoridades de la China, que borren las denuncias públicas que se conocieron a nivel internacional cuando se tipificó la Sinosteel como una empresa "zombi" por falta de legalidad y por mantener deudas en su país y en otros del mundo. Esa situación irregular deberá ser revertida totalmente, por la seguridad que implica aprobar un contrato millonario para un gigante proyecto minero - metalúrgico. Este asunto merece previsiones urgentes.
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